lunes, junio 19, 2006

19. Punzón

De rodillas, cobijado por mi sombra y un frio penetrante que me hace sentir con fuerza la calidez de mis lagrimas, y todo su recorrido hacia mi quijada, para luego finalizar en una fuente de angustia pura, miedo y desesperanza.

La caja a la que he sido confinado no tiene agujeros para mirar hacia afuera, a ver si todo lo que extraño aún esta ahí, pero es lo suficientemente oscura para no saber que hay adentro ademas de mi cuerpo bañado en agua-sal y las 22 libras que pesa mi alma desajustada.

Me razguño la piel, tan fuerte como puedo, para poder encontrar cables y circuitos, para hallar las conexiones que me hacen sentir este punzon agudo en el pecho, y desconectarlas por completo; luego me doy cuenta que mis brazos no son lo suficientemente fuertes para arrancar mi coraza externa y que no tengo hilo y aguja para poder adherir los trozos de mi coraza al chasis principal.

Al no poder apagarme, me siento en una especie de purgatorio. Encerrado de rodillas mientras llegas a abrir mi caja y cuidarme. Yo no fuí programado para eso.