lunes, agosto 17, 2009

25. El retorno

Vuelvo a casa.
Me siento en frente del portón, con un traje gris y unas flores marchitas.
Cuento en voz alta, grito números, tengo una sonrisa macabra dibujada en mi cara.
Vuelvo a casa.
Agarrado a una camándula, con la cabeza llena de presagios terribles
El fin está cerca y solo yo lo sé y no te voy a decir nada.
Vuelvo a casa.
Sonrío porque mi mundo se cae a pedazos, sonrío porque no voy a reconstruir
Me corono príncipe y conquistador de la desolación y la miseria.
Vuelvo a casa.
Me persigno y lloro, miro el reloj, espero que vengan por mí, vienen a matarme
Yo los espero con flores y con los ojos bien abiertos.

Que me tomen de la mano y nos vayamos de paseo.
Que me tomen de la mano y me acaricien el pelo antes de entrar al matadero.

Y que nunca me olviden, y que nunca olvidare, y que vacío, y que silencio.